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Es el helecho de interior por excelencia. Está dotado de un abundante follaje en tono fresco y, aunque algo delicado, es capaz de desarrollarse y adquirir buen volumen.

Hojas

Es un helecho perenne cuyas frondes -hojas- aparecen enrolladas cuando son jóvenes. Con el tiempo van abriéndose, dejando ver su aspecto finamente dividido. Toda la planta tiene un color verde claro, con tonos amarillos en las puntas.

CUIDADOS

Luz

A pesar de la idea generalizada de que los helechos requieren poca luz, fuera de su hábitat y adaptados a los ambientes de interior, necesitan una buena iluminación difusa.

Temperatura

Toleran diferencias notables de temperatura siempre y cuando no sean extremas. Si el termómetro se eleva mucho será necesario pulverizar las hojas con bastante frecuencia; rechaza por completo los característicos ambiente resecos por el uso de la calefacción.

Agua

Se han de regar habitualmente durante todo el año, evitando encharcamientos que harían enfermar a las raíces. Conviene asegurarse de que la maceta dispone en el fondo de una pequeña cantidad de guijarros, indispensables para que el agua se desocupe sin estorbos.

Propagación

Es frecuente que entre las hojas asomen jóvenes vástagos. En verano podemos separarlos con cuidado y ponerlos a arraigar en una mezcla de turba y arena que mantendremos cálida y húmeda.

CONSEJOS

Usos

Las plantas pequeñas harán un magnífico efecto si son agrupadas. Las adultas son perfectas para ocupar macetas suspendidas o situadas sobre una peana. De cualquier manera, conviene proporcionales un espacio amplio.

Variedades

En la variedad más empleada, Bostoniensis, el follaje llega a alcanzar un metro de longitud y se arquea por el efecto de su propio peso. Existen otras variedades cultivadas de cierto interés, como la denominada Hillii, de color verde oscuro y frondes más finas, o Flufy ruffles, de características similares pero con hojas de menor tamaño y de bordes rizados.