Ficus lyrata
ÁRBOL LIRA
Especie de interior muy apreciada por su atractivo follaje. Requiere espacios amplios y con buena luz, donde alcanzará un desarrollo grande, sobre todo foliar, produciendo un efecto espectacular. De entre la multitud de Ficus cultivados por su valor ornamental, F. lyrata ha ido ganando terreno paulatinamente hasta convertirse en la actualidad en uno de los más apreciados del grupo, igualando en aceptación a los muy conocidos F. elastica y F. benjamina.
Tamaño
Siendo en su hábitat de origen -oeste africano- un auténtico árbol que supera los 12 m de altura, cuando se utiliza en interiores apenas sobrepasa los dos metros. Dadas las dimensiones que alcanzan los ejemplares bien desarrollados, su emplazamiento ha de ser bastante amplio.
Hojas
A lo largo de su tallo, erecto y de consistencia rígida, se disponen de forma alterna grandes hojas de color verde oscuro. Son precisamente estas hojas, dotadas de notorias nervaduras y de aspecto muy lobulado las que, por su semejanza con el instrumento musical de igual nombre, hacen que esta planta reciba la denominación de árbol lira.
CUIDADOS
Luz
Le convienen lugares bien iluminados pero protegidos de la acción directa del sol.
Agua
Se ha de regar con regularidad en primavera-verano, dejando que el sustrato se seque ligeramente entre dos riegos. En invierno los aportes deben reducirse y controlarse al máximo.
Humedad
Resulta fundamental proporcionarle una humedad ambiental elevada, por lo que debe ser pulverizado regularmente, máxime en momentos en que la atmósfera se deseca por efecto de la calefacción.
Tierra
Un buen sustrato, constituido por turba, arena y mantillo a partes iguales, es condición necesaria para obtener resultados óptimos. De igual modo, el drenaje ha de ser en todo momento perfecto, pues el exceso de agua en la maceta es la causa principal de alteraciones que podrían afectar a la planta de manera irreversible.
Maceta
No será necesario realizar trasplantes frecuentes, especialmente con ejemplares adultos para los que será suficiente con renovar las capas superficiales de sustrato.
Propagación
Habitualmente se realiza por acodo aéreo. Esta operación contribuye a lograr tallos más ramificados, mejorando la frondosidad y el aspecto general de la planta.