📏 Tamaño
Esta perenne de hojas grandes puede alcanzar entre 30 y 50 centímetros de altura, con tallos florales algo más altos. Su crecimiento es lento y tarda un par de años en formar una mata robusta. En maceta mantiene un tamaño muy similar, con hojas ligeramente más pequeñas.
🌱 Tallo
El tallo es muy corto y casi oculto, dando paso a grandes hojas redondeadas y brillantes que forman una roseta basal robusta. Las varas florales se elevan con firmeza sobre el follaje a final del invierno.
🫚 Rizoma
El rizoma es grueso, leñoso y horizontal, avanzando lentamente bajo tierra y emitiendo nuevas raíces y hojas. Esta reserva sólida permite a la planta sobrevivir al frío intenso y rebrotar cada año.
🌿 Hojas
Las hojas son grandes, redondeadas y coriáceas, con un borde liso y un tacto grueso. Su color es verde oscuro, adquiriendo tonos rojizos en invierno. Su resistencia y grosor les permiten soportar frío, humedad y sol moderado.
🌸 Floración
Florece a finales del invierno o en la primavera temprana, cuando aún hay pocas plantas en flor. Las flores son campanuladas, de color rosa fuerte o púrpura, reunidas en densas panículas erguidas. Su resistencia al frío permite que los polinizadores encuentren alimento al inicio de la temporada.
🍏 Fruto
Después de la floración, produce cápsulas erectas y alargadas que se vuelven marrones al madurar. Dentro guardan numerosas semillas pequeñas y oscuras. Al abrirse, la cápsula libera las semillas que caen sobre suelos frescos y ricos en humus.
🕰️ Longevidad
Es una perenne muy durable que puede vivir entre 10 y 20 años. En sombra parcial y suelo fresco forma matas densas que florecen fielmente cada primavera.
🧬 Variedades
La Bergenia cordifolia cuenta con cultivares seleccionados por el color otoñal de las hojas y la intensidad de la floración. Entre los más populares están ‘Winterglut’, de flores rosa fuerte; ‘Bressingham White’, blanca y elegante; y ‘Purpurea’, con hojas rojizas en invierno. También destaca ‘Rotblum’, muy resistente y florífera.
☀️ Luz
Tolera desde pleno sol hasta semisombra. En climas frescos se desarrolla bien al sol, mientras que en zonas cálidas agradece sombra parcial durante las horas centrales. Con buena luz su floración primaveral es más intensa y su follaje adquiere matices rojizos en invierno.
🌡️ Temperatura
Es una planta muy resistente al frío, capaz de soportar temperaturas de hasta –25 °C. Su rango óptimo de crecimiento está entre 10 °C y 20 °C. Tolera bien el calor moderado si dispone de suelo húmedo, pero en veranos muy secos conviene aumentar el riego.
💧 Riego
Requiere riegos moderados, manteniendo el suelo fresco y ligeramente húmedo. Durante el verano conviene regar con mayor frecuencia, especialmente si está expuesta al sol directo. En invierno, los aportes deben reducirse, ya que la planta entra en reposo parcial. No tolera bien el encharcamiento prolongado.
💨 Ambiente
Prefiere ambientes frescos y algo húmedos, típicos de las zonas montañosas de Asia de donde es originaria. Agradece una humedad ambiental moderada y atmósferas ventiladas, pero sin viento seco. En climas cálidos conviene situarla en sombra parcial para conservar su frescura.
🌱 Sustrato
Prefiere suelos frescos, profundos y bien drenados, con buena cantidad de materia orgánica. Tolera terrenos algo arcillosos si no se encharcan y se mantienen húmedos, especialmente en verano. Se adapta a distintos niveles de pH, aunque prospera mejor en sustratos neutros a ligeramente ácidos. Un aporte de compost o mantillo en primavera estimula un follaje más vigoroso y floraciones abundantes.
🍂 Abonado
Agradece un abonado orgánico ligero en primavera, justo antes de la brotación. Aplica una capa de compost o humus de lombriz alrededor de la base para estimular la floración y mantener las hojas gruesas y brillantes. En suelos pobres puede repetirse el aporte a mediados del verano. Evita los abonos ricos en nitrógeno, que pueden reducir la intensidad del color en las hojas.
🪴 Cultivo
El otoño es el momento ideal para colocarla en el jardín, cuando el suelo aún conserva humedad y temperatura. Deja unos 30 cm entre matas para que puedan extenderse y formar grupos compactos. Cada tres o cuatro años conviene dividir los rizomas, preferiblemente en primavera u otoño, para mantener las plantas jóvenes y floridas.
✂️ Poda
No necesita poda estructural. Basta con retirar hojas secas o dañadas, sobre todo después del invierno, para dejar paso al nuevo follaje. Tras la floración, puedes cortar las varas florales marchitas para mantener la planta ordenada y favorecer la formación de hojas nuevas.
🧪 Propagación
Se multiplica fácilmente por división de rizomas en primavera u otoño. Separa fragmentos que tengan al menos una yema activa y algunas raíces, y plántalos en un suelo fértil y húmedo. También puede reproducirse por semillas, aunque germinan lentamente y las plantas tardan en alcanzar tamaño adulto.
✨ ¿Algo más?
Quita las hojas viejas o dañadas en primavera para dejar paso al nuevo follaje. Tras la floración, corta los tallos florales secos y limpia la base. En invierno, retira los restos en descomposición para evitar humedad excesiva.
Ubicación
Muy apreciada en jardinería por su capacidad para formar masas densas de follaje y aportar color en invierno y primavera. Se utiliza en borduras, taludes y zonas sombreadas donde su aspecto robusto y sus flores tempranas ofrecen estructura y frescura. Ideal para suavizar transiciones entre caminos y macizos o para cubrir suelos en patios húmedos y frescos.
Acompañantes
Se asocia con vivaces de sombra parcial y follaje decorativo, como Hosta, Heuchera o Brunnera macrophylla, creando contrastes de textura y color. En borduras o pies de árboles combina con helechos y Epimedium, aportando frescura y estructura durante todo el año.
Conócelas también aquí: Brunnera macrophylla, Adiantum capillus-veneris.
Usos y recolección
La bergenia se cultiva sobre todo con fines ornamentales, por su follaje perenne y sus flores rosadas, aunque sus hojas también poseen propiedades astringentes y antiinflamatorias. Se recolectan las hojas más viejas al final de la primavera o comienzos del verano, cuando están bien desarrolladas. Pueden secarse a la sombra y conservarse para preparar infusiones, o aprovecharse frescas en extractos y cosmética natural.
Foto de Shelagh Fritz
🛡️ Sus hojas grandes, gruesas y cerosas actúan como auténticos escudos naturales. Están recubiertas por una cutícula resistente que evita la pérdida de agua y las protege del frío y del sol intenso, lo que le permite sobrevivir incluso bajo la nieve. Además, en invierno sus hojas adquieren tonos rojizos o púrpuras gracias a pigmentos llamados antocianinas, que funcionan como protección solar y antifrío, ayudándola a resistir temperaturas bajo cero sin perder vitalidad.
🐝 En su entorno, la Bergenia cordifolia se convierte en una de las primeras fuentes de néctar de la primavera: sus flores rosadas y agrupadas en racimos robustos atraen a abejas, abejorros y mariposas en cuanto el clima empieza a templarse. Sus rizomas, que crecen horizontalmente bajo el suelo, crean colonias densas que ayudan a estabilizar taludes y prevenir la erosión. Además, estas colonias ofrecen refugio a pequeños invertebrados, generando pequeños microhábitats donde la vida se mantiene incluso en las estaciones más duras.
🏔️ Originaria de las montañas de Siberia y Asia Central, la Bergenia cordifolia fue admirada en Europa desde el siglo XVIII por su capacidad de florecer en condiciones extremas. Su nombre rinde homenaje al botánico alemán Karl August von Bergen. En los jardines victorianos se convirtió en símbolo de fortaleza y resistencia, y en Asia sus hojas se han utilizado tradicionalmente para preparar infusiones medicinales conocidas como chá mongol, valoradas por sus propiedades digestivas.
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