Aloe vera
División: Magnoliophyta Clase: Liliopsida Orden: Asparagales Familia: Asphodelaceae
Aloe vera
El Aloe vera es como ese amigo que nunca falla. Resistente, autosuficiente y con un montón de beneficios guardados en sus hojas carnosas. Crece feliz con poca agua y mucho sol, y siempre está listo para echarte una mano si te quemas o necesitas un cuidado natural. Fácil, útil y con mucho encanto.
Presenta un crecimiento lento pero constante, formando rosetas de hojas carnosas que se van ensanchando con los años. Produce hijuelos en la base, lo que le permite expandirse y generar grupos compactos de plantas. En primavera o verano, cuando alcanza la madurez, emite tallos florales que superan el follaje y dan lugar a racimos de flores tubulares de color amarillo o anaranjado.

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Cuidados
☀️ Luz
El Aloe vera necesita abundante luz para crecer fuerte y mantener sus hojas compactas. Prefiere la exposición directa al sol durante varias horas al día, aunque en climas muy cálidos conviene darle algo de sombra ligera en las horas de mayor intensidad. Si se cultiva en interiores, debe colocarse cerca de una ventana soleada; de lo contrario, sus hojas tienden a alargarse y debilitarse.🌡️ Temperatura
Prospera en climas cálidos y templados, con un rango ideal entre 18 y 30 °C. Tolera descensos ocasionales hasta unos 5 °C, siempre que el sustrato esté seco, pero no soporta heladas prolongadas ni temperaturas bajo cero. En regiones frías conviene cultivarlo en maceta para poder resguardarlo en interiores durante el invierno.💧 Riego
Requiere riegos moderados, dejando secar bien el sustrato entre aplicación y aplicación. Durante la primavera y el verano basta con regar cada 10 a 15 días, mientras que en otoño e invierno las necesidades hídricas disminuyen y conviene espaciar mucho más los riegos. El exceso de agua es el principal enemigo de la planta, ya que provoca pudrición en las raíces y la base de las hojas.🌱 Sustrato
Necesita un sustrato muy drenante para evitar el exceso de humedad en las raíces. Lo ideal es una mezcla ligera de tierra de jardín con arena gruesa, perlita o grava volcánica. Prefiere suelos pobres y ligeramente arenosos antes que ricos en materia orgánica, ya que un sustrato demasiado compacto o fértil favorece la pudrición.💦 Humedad
Prefiere ambientes secos y ventilados, propios de su origen desértico. No tolera la humedad ambiental elevada ni el encharcamiento del sustrato, que pueden provocar la aparición de hongos y pudrición. En interiores, es importante evitar colocarlo en espacios cerrados y húmedos, como baños, y priorizar lugares soleados con buena circulación de aire.🪴 Maceta
El Aloe vera se adapta muy bien al cultivo en maceta, lo que permite moverlo y protegerlo en climas fríos. Es recomendable usar recipientes anchos y poco profundos, con buen drenaje. El trasplante se realiza cada 2 o 3 años, cuando la planta ha ocupado todo el espacio disponible o ha producido numerosos hijuelos. Conviene hacerlo en primavera, utilizando sustrato nuevo y dejando unos días sin riego tras el cambio para que las raíces cicatricen.💊 Abonado
Agradece un abonado orgánico ligero durante la primavera y el verano, que es cuando más crece. Se pueden usar preparados líquidos de compost, té de humus de lombriz o extractos de algas marinas, aplicados una vez al mes en dosis suaves. Estos aportes fortalecen la planta sin forzar su crecimiento ni alterar la consistencia de las hojas. En otoño e invierno no necesita fertilización, ya que entra en reposo.✂️ Poda
No requiere poda en sentido estricto, pero sí conviene realizar pequeños mantenimientos. Se pueden retirar las hojas externas secas, dañadas o muy viejas, cortándolas desde la base con una herramienta limpia y afilada. También es recomendable eliminar los tallos florales una vez marchitos, para que la planta concentre su energía en producir nuevas hojas e hijuelos. Estos cuidados ayudan a mantenerla sana y con un aspecto ordenado.🪹 Recolección
Las hojas de Aloe vera pueden cosecharse durante todo el año, siempre que la planta tenga suficiente desarrollo. Se recomienda cortar las hojas más externas y maduras, dejando las jóvenes en el centro para que continúe su crecimiento. Tras el corte, conviene colocarlas en posición vertical para que drene la savia amarillenta (látex), y luego utilizar únicamente el gel transparente del interior. Para un aprovechamiento continuo, es mejor recolectar solo unas pocas hojas a la vez y permitir que la planta se regenere.🧪 Propagación
El Aloe vera se multiplica fácilmente mediante los hijuelos que brotan en la base de la planta madre. Estos se separan con cuidado cuando han desarrollado sus propias raíces y se plantan en macetas individuales con sustrato drenante. También puede propagarse por esquejes de hoja, aunque este método es menos eficaz. Gracias a la abundancia de hijuelos, el cultivo doméstico permite mantener y expandir la planta sin dificultad.
Consejos
Usos
El Aloe vera es muy valorado en jardines de clima seco y cálido por su resistencia, bajo mantenimiento y aspecto exótico. Se utiliza en macetas, rocallas y jardines xerófitos, donde aporta textura y color con sus hojas carnosas. También es común cultivarlo cerca de viviendas o en patios, tanto por su atractivo ornamental como por la posibilidad de aprovechar sus hojas en usos medicinales y cosméticos. Su capacidad para formar colonias de hijuelos lo convierte en una opción ideal para cubrir espacios de manera natural.Acompañantes
Combina muy bien con otras suculentas y cactus que comparten sus mismas necesidades de luz y suelo seco, como Agave, Echeveria, Opuntia o Kalanchoe. También puede plantarse junto a especies ornamentales de bajo riego, como lavandas o romeros, en jardines mediterráneos o xerófitos. Estas asociaciones no solo son armónicas en lo estético, sino que además facilitan un manejo más sencillo, al tener cuidados similares.Utilización
Más allá de su valor ornamental, el Aloe vera es ampliamente conocido por el uso medicinal y cosmético de su gel, aplicado en la piel para calmar irritaciones, quemaduras leves y favorecer la hidratación. También se emplea en la elaboración de cremas, champús y jugos, aunque su consumo interno debe hacerse con precaución y solo en productos preparados específicamente para ello. En el hogar, tener una planta de Aloe vera resulta práctico como “botiquín natural” para primeros auxilios cotidianos.Curiosidades
📜 Aloe vera ha sido utilizada desde el antiguo Egipto, donde se la conocía como la “planta de la inmortalidad” por sus múltiples usos medicinales y cosméticos. Su gel interior hidrata, calma quemaduras y favorece la cicatrización de la piel.
🧊 La hoja de aloe puede sobrevivir días cortada sin secarse, y su interior sigue siendo gelatinoso y fresco gracias a su capacidad de retener agua. Por eso es tan eficaz para hidratar la piel, calmar quemaduras solares o aliviar picaduras. Además también puedes pelar y congelar sus hojas para conservar el gel durante meses sin que pierda sus propiedades calmantes.
🐝 Aunque se cultiva sobre todo por sus hojas, Aloe vera también florece: produce un tallo alto con flores tubulares de color amarillo, muy apreciadas por abejas y colibríes en su hábitat natural. Es una planta resistente y decorativa además de útil.
🐛 Problemas y remedios
Hojas blandas o transparentes
Suele deberse a exceso de riego o mal drenaje. Aloe vera necesita un sustrato muy poroso y riegos espaciados. Deja secar completamente el sustrato entre riegos y asegúrate de que la maceta tenga buen drenaje. En invierno, riega muy poco o nada.
Puntas marrones o secas
Puede ser por falta de agua, exposición a corrientes de aire frío o exceso de sol fuerte sin aclimatación. Ajusta el riego y evita cambios bruscos de temperatura. Si lo acabas de mover al exterior, aclimátalo poco a poco.
Hojas arrugadas o delgadas
Es señal de falta de agua. Aunque es resistente a la sequía, necesita riegos moderados durante su etapa de crecimiento activo. Si el sustrato está completamente seco desde hace mucho, riega en profundidad y espera a que se recupere.
Hojas caídas o abiertas en exceso
Puede indicar falta de luz. Aloe vera necesita sol directo o luz muy intensa para crecer compacto. Si las hojas están muy separadas y desordenadas, colócalo en una ubicación más luminosa.
Hojas con manchas marrones o negras
Pueden ser quemaduras solares o síntomas de hongos por exceso de humedad. Evita el riego por encima, proporciona buena ventilación y aplica fungicida si hay propagación de manchas.
Hijos que no crecen o se pudren
Los hijuelos necesitan espacio y buen drenaje para desarrollarse. Si están muy apretados o enterrados, pueden pudrirse. Separa los hijuelos cuando tengan varios centímetros y raíces propias, y plántalos en sustrato seco durante unos días antes de regar.