📏 Tamaño
Esta planta de follaje decorativo puede alcanzar entre 40 y 80 centímetros de altura, con un porte compacto y hojas grandes. Su crecimiento es lento y tarda uno o dos años en completar su tamaño adulto.
🌱 Tallo
El tallo es corto, carnoso y parcialmente oculto por las hojas, formando matas compactas y muy decorativas. Sus hojas ovaladas, moteadas y brillantes se sostienen sobre pecíolos firmes.
🫚 Raíces
Las raíces son carnosas, blancas y muy ramificadas, adaptadas a sustratos sueltos y húmedos sin llegar a encharcarse. Este sistema radicular robusto permite a la planta vivir muchos años en interiores con pocos cuidados.
🌿 Hojas
Las hojas son ovaladas, alargadas y de textura suave, con un porte elegante y firme. Su color combina verdes medios con manchas plateadas o crema según la variedad. Son resistentes y están adaptadas a aprovechar la luz tenue de interiores y selvas densas.
🌸 Floración
Florece en verano o en condiciones muy estables, aunque en interior es poco frecuente. Sus flores aparecen en forma de espádice corto envuelto por una espata verde o blanquecina, típica de las aráceas. La estructura es simple y está diseñada para atraer pequeños insectos, aunque en cultivo rara vez intervienen en su reproducción.
🍏 Fruto
Tras la floración, forma pequeñas bayas alargadas que maduran hasta adquirir colores vivos como rojo o naranja. Cada baya contiene una sola semilla grande rodeada de pulpa firme. La caída natural del fruto facilita que la semilla germine cerca de la planta madre en ambientes húmedos.
🕰️ Longevidad
La aglaonema puede vivir entre 10 y 15 años en interior si se mantiene con luz suave y riegos moderados. En condiciones muy estables puede superar ese tiempo, renovando lentamente sus hojas durante toda su vida.
🧬 Variedades
La Aglaonema commutatum cuenta con numerosos cultivares seleccionados por los patrones plateados o verdes del follaje. Entre los más populares están ‘Silver Queen’, con amplias zonas plateadas; ‘Maria’, de dibujo verde oscuro muy marcado; y ‘Silver Bay’, de tonos suaves y elegantes. También destacan ‘Treubii’ y ‘Cutlass’, de hojas más estrechas y lanceoladas.
☠️ Precaución
Toda la planta contiene cristales de oxalato cálcico que pueden irritar la piel y las mucosas al contacto. Su ingestión puede causar dolor oral, salivación o vómitos en mascotas. Conviene manipularla con guantes y mantenerla fuera de su alcance.
☀️ Luz
Prefiere la luz indirecta y suave, ya que la exposición directa al sol puede quemar sus hojas. Se adapta bien a interiores con buena claridad ambiental, incluso en rincones algo sombreados, lo que lo convierte en una planta ideal para espacios con poca iluminación natural.
🌡️ Temperatura
Prospera en temperaturas cálidas y estables, entre 18 °C y 26 °C. No tolera el frío ni las corrientes de aire, por lo que conviene protegerlo siempre que la temperatura baje de 15 °C.
💧 Riego
Necesita un riego moderado y regular, manteniendo el sustrato ligeramente húmedo pero sin encharcarlo. Es importante dejar secar la capa superficial de la tierra entre riegos para evitar problemas de pudrición en las raíces.
💨 Ambiente
Disfruta de ambientes con humedad moderada a alta, similares a los de su origen tropical. Agradece pulverizaciones ocasionales en las hojas, sobre todo en climas secos o en interiores con calefacción, lo que ayuda a mantener su follaje fresco y brillante. Y prefiere también ambientes tranquilos, sin corrientes de aire y lejos de cambios bruscos de temperatura.
🌱 Sustrato
Prefiere un sustrato suelto, fértil y con buen drenaje, idealmente una mezcla de tierra universal con turba y algo de perlita o arena.
🍂 Abonado
Responde bien a fertilizantes líquidos equilibrados durante la primavera y el verano, aplicados cada 3 o 4 semanas para favorecer un crecimiento sano y vigoroso.
🪴 Cultivo
El Aglaonema commutatum crece cómodamente en maceta, donde puede mantenerse durante años gracias a su desarrollo lento. Solo requiere trasplantes cada 2 o 3 años, preferiblemente en primavera, cuando las raíces comienzan a ocupar demasiado espacio o el sustrato se ha agotado.
💦 Hidroponía
Puede cultivarse en agua sin demasiadas complicaciones, lo que la convierte en una opción decorativa muy interesante para interiores. Coloca los tallos con raíces en un recipiente de cristal, cambiando el agua cada 1–2 semanas para mantenerla fresca y libre de hongos. Para nutrir la planta, añade de manera regular una solución específica para hidroponía o abonos orgánicos líquidos muy diluidos, como extracto de algas o humus de lombriz líquido. Aunque en estas condiciones suele crecer más lentamente que en sustrato, se mantiene sana y vistosa durante años.
✂️ Poda
No necesita una poda estricta, pero conviene retirar las hojas amarillas, secas o dañadas para mantener su aspecto saludable. También puede recortarse algún tallo alargado para favorecer que broten nuevos desde la base y así mantener la planta más compacta y frondosa.
🧪 Propagación
Se propaga principalmente por división de matas, separando los brotes que nacen en la base con raíces propias y replantándolos en nuevas macetas. También es posible multiplicarlo mediante esquejes de tallo colocados en agua o en un sustrato ligero, aunque este método suele ser más lento.
✨ ¿Algo más?
Agradece una limpieza regular de sus hojas, que puede hacerse pasando un paño húmedo y suave para retirar el polvo acumulado. Este sencillo cuidado no solo mejora su aspecto, sino que también facilita la respiración de la planta y reduce el riesgo de plagas.
Ubicación
El aglaonema es una de las plantas de interior más apreciadas por su follaje vistoso y su gran tolerancia a la sombra. Se utiliza para aportar verdor en oficinas, pasillos o rincones con poca luz natural. Sus hojas moteadas de verde y plateado ofrecen un efecto ornamental elegante y sereno. También se cultiva en composiciones con otras plantas tropicales de hoja ancha, aportando textura y frescura.
Acompañantes
El Aglaonema commutatum combina bien con otras plantas de interior que disfruten de condiciones similares, como Dieffenbachia, Philodendron, Spathiphyllum o Calathea. Juntas crean composiciones verdes muy decorativas, con contrastes de formas y tonalidades que enriquecen cualquier espacio interior.
Conócelas también aquí: Dieffenbachia seguine, Philodendron scandens, Spathiphyllum wallisii, Goeppertia orbifolia.
🌿 Sus hojas están salpicadas de manchas plateadas que no son solo decorativas, sino que actúan como “ventanas” de luz. Estas zonas claras reflejan parte de la radiación y ayudan a distribuirla de forma uniforme por el interior de la hoja, permitiendo que la planta realice fotosíntesis incluso en rincones muy sombríos de la selva. Además, sus pecíolos poseen tejidos esponjosos que almacenan agua y mantienen la hoja firme en ambientes húmedos y cálidos, y sus tallos pueden enraizar por nudos si entran en contacto con el suelo, lo que le permite expandirse con facilidad.
🐸 En su entorno funciona como una pequeña colonia viviente: en el sotobosque tropical ofrece refugio a insectos, pequeños anfibios y organismos del suelo gracias a la humedad que retiene bajo sus hojas. Sus flores, aunque discretas, atraen a escarabajos que se sienten atraídos por el calor y el olor suave del espádice, y son ellos quienes aseguran la polinización. Sus raíces, que crecen en suelos muy orgánicos y a menudo saturados, colaboran en airear la capa superficial del terreno, favoreciendo a otras plantas vecinas que dependen de esa circulación de aire en ambientes encharcados y pobres en oxígeno.
📚 Llegó a Europa a finales del siglo XIX, durante la época en que los exploradores recolectaban plantas de los trópicos asiáticos para los invernaderos victorianos. Su capacidad de vivir con muy poca luz lo convirtió en un favorito de interiores ya en el siglo XX, especialmente en oficinas y hoteles de lujo, donde se consideraba símbolo de calma tropical y prosperidad. En el feng shui se le atribuye la facultad de atraer buena energía por su crecimiento lento pero constante, y en Filipinas fue una de las plantas más intercambiadas entre familias como obsequio de bienvenida. Una superviviente elegante que lleva consigo un pedacito de selva en cada hoja moteada.
Hojas amarillas
Generalmente por exceso de riego o mal drenaje. Deja secar el sustrato antes de volver a regar y asegúrate de que la maceta tenga orificios adecuados. También puede ser por frío o corrientes de aire.
Puntas marrones
Suele deberse a aire seco o agua con mucha cal. Usa agua sin cal (filtrada o reposada) y aumenta la humedad ambiental con pulverizaciones, bandejas con agua o agrupando plantas.
Hojas caídas o lacias
Falta o exceso de riego. Toca el sustrato: si está muy seco, riega a fondo; si está encharcado, deja secar antes de volver a regar y revisa las raíces por si hay pudrición.
Hojas con manchas oscuras o blandas
Posible señal de pudrición o quemaduras por sol directo. Retira las partes afectadas, reduce el riego y cambia de ubicación si recibe sol directo intenso.
Pérdida de color o hojas pálidas
Falta de luz. Aunque tolera poca luz, para mantener sus colores necesita un lugar con luz indirecta brillante. Evita sol directo, pero tampoco la dejes en rincones oscuros.
Crecimiento lento o nulo
Puede ser por frío, poca luz o falta de nutrientes. Mantén una temperatura estable (mínimo 15 °C), colócala en un lugar luminoso y abona cada 3-4 semanas en primavera y verano.